Patrimonio natural

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Constituye con mucho el mayor atractivo del pueblo. Olba se encuentra en el punto donde el cauce del Mijares se empieza a ensanchar dejando atrás los estrechos por los que ha circulando desde su nacimiento (formando unas gargantas dignas de ver, especialmente a la altura del molino de la Hoz) y deja paso a un valle donde alternan el bosque de ribera y los cultivos de huerta y frutal, quedando las laderas pobladas de espesos pinares y rebollares.
Todo el cauce del río es digno de visitarse (lo que se puede hacer recorriendo el PR VT 126) sendero de pequeño recorrido que actualmente se está señalizando y que une los pueblos de Montanejos y Rubielos de Mora, pasando por Puebla de Arenoso y Olba) habiendo también varios pozos en los que es posible darse un baño. También está recomendado el río para la pesca de la cada vez más escasa trucha o del abundadísimo barbo.
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Conviene visitar la fuente de la Salud, donde los estrechos del río Rubielos se unen al valle del Mijares. Además de beber aguas con presuntos poderes curativos, podremos ver allí restos del antiguo acueducto probablemente  árabe junto al nuevo (igualmente de piedra) construido a finales del siglo XIX al derrumbarse el viejo.Dentro del cañón del Río Rubielos se extienden las canteras de Santa María, espectaculares precipicios en una zona virgen que custodian a ambos lados al rio, para poder disfrutar de estas vistas existen dos caminos que te llevan a ambas partes altas de estos cañones. El primero se puede coger desde un entradero en la carretera a la altura de Los Pertegaces y el segundo desde Olba cogiendo el PR 126 que se dirige a Rubielos de Mora.
Desde el merendero y ermita de S. Pedro (último punto accesible en coche) podremos dar un paseo (15 minutos) hasta el pico del Morrón (989m. sobre el nivel del mar) desde el que hay una buena panorámica de todo el valle.
También hay diversas fuentes a lo largo del valle como la de los Olmos o Los Tarragones, así como en la mayoría de barrios.
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Además de lo anteriormente citado, cualquier camino que une los diferentes barrios ofrece una comunión con la naturaleza permanente donde se pueden descubrir pequeños recovecos con mucho encanto mientras te adentras en la rica flora y fauna de este valle.
En Olba podemos encontrar todo tipo de hábitat que pertenezca a una altitud entre 600 m. la zona más baja en el límite con la provincia de Castellón y los 1060 m. del alto de la Casulla en el límite con el término San Agustín.
En la parte baja a orillas del río Mijares vemos toda la vegetación propia de una ribera de río: chopos, álamos, sauces, hiedras, madreselvas, olmos, juncos, etc además de numerosos anfibios, reptiles, insectos y peces. Un paisaje distinto se encuentra en las pequeñas huertas o bancales, vemos florecer los distintos árboles frutales, con una variedad de colores diferentes según la especie: almendros, cerezos, ciruelos, perales, manzanos, higueras, nogueras, olivos, etc. Por último, en la parte alta encontramos casi todo el año un color verde de los diferentes pinos, sabinas, enebros, carrascas, rebollos, quejigos, espinos, lentiscos, acacias y otros arbustos de menor tamaño, pero también necesarios para la cría y mantenimiento de los diferentes animales que allí habitan, cabras montesas, jabalís, zorros, liebres, conejos, tejones, garduñas, perdices, etc. En primavera se puede apreciar el olor del tomillo, romero, espliego y otras plantas aromáticas.
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También podemos encontrar en diferentes partes del término y en la época adecuada, los apreciados hongos en sus diferentes especies. Hay que tener muchísimo cuidado, ya que todos no son comestibles, los hay que producen intoxicaciones muy graves.